Porque te amo desde este naufragio cristalino
que inmoviliza mis párpados
y hiere mis ojos con supuraciones.
Y desde mi propio eje
con la holgura que fluye de mis dedos,
sin haber sabido que eras tú, lejano aquel
el verdadero amor de mi ignorancia.
Porque te amo temblando en esta espera de abrazos cansados
porque tu piel fue esa que ardió sobre la mía
en llamaradas
con ese sexo alpino, viscoso y lento.
Porque te amo en este bostezo que absorbe bocanadas de frío,
quiero tener ese vocablo afilado
que me salve de esta urdimbre donde la luz redime.
Porque tu amor se asemeja a libertades
a ciudad habitada, perdida de las nieblas.
Desátame este cuerpo que gotea prisas
apacíguame esta tormenta de mi piel que se subleva
déjame levitar con estas alas
con las que intento volar hacia tu suelo.
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