Reposa allí la palma decorosa
que se agita como una llamarada
en medio de una insólita alborada
reflejando su herida dolorosa.
Cuanto dolor asumes sigilosa
cual fragil cabellera enmarañada
que retoza en quimérica hondonada
derramándo su sangre vigorosa.
Agitarás tus alas indomables
evocando penachos admirables
concibiendo tan lúcidos ramajes.
Laurearás tu bandera con soltura
esparciendo tu diáfana hermosura
ensalzando de nuevo los paisajes.
1 comentario:
Ana, precioso poema y dejas mucho entrever de Cuba, gracias por compartir.
Saludos afectuosos
Leonor
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