Memorias
Pude seguir siendo horizonte
rescatando los límites de la vía láctea y sus confines.
y así, me hice luz
porque en tu piel bebí la claridad compacta de la lluvia.
En la bóveda de mi pecho se insertó mi orfandad
de tanto tiempo sin abrazos,
de esa ausencia que he bebido en tantos sorbos.
Quise amarte tanto, que terminé perdida en las orillas
de ese mar, ocaso de mil noches.
Resacas y estertores de una ciudad
donde esculpí de una vez tu nombre
clepsidras de mi alma,
deshechos de tanta simetría.
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