Canción urgente de
eterna primavera
Supongo que otra vez vendrá Abril
con su canto de
luz,
a rompernos el
frío.
Temeroso y desnudo,
vendrá cauto,
arriesgando la
vida,
fecundo y
transparente,
ardiendo en
claridad.
No hay orden cuando
el jardín fenece
y el Alba arde a
contraluz.
Llevo un clavel en
mi pecho,
con pronóstico azul
que me libre de la
quema,
aunque las flores
sean mágicas,
y caduquen con
eminente flaqueza
en su breve
trayectoria.
Serás hallazgo
donde la luz germina,
ola que se rompe en
plenitud,
árbol que se
renueva en infinita entrega.
Abrirás el cielo y
las aceras,
que nos libre de
esta incendiada batalla.
No quiero que se
esfume tu color
y te convierta en
otro, de oscura simetría.
Pálpanos la vida
que irremediablemente tiembla
al ritmo del
desamparo,
despliega tu
decorosa semilla
para que broten de
nuevo todas las crisálidas
en su total
metamorfosis.
Ven y lanza tus
hilos concéntricos de luz,
deja que tu brisa
se instale en nuestras manos,
y poder respirar
sin el vacío que cubre la distancia de la cosas,
en este mundo de
lobos,
esos que asoman en
el surco profundo del camino.
(abril 2020)
(abril 2020)
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